miércoles, 14 de noviembre de 2007

Se paró en la puerta del cuarto, nada le parecía ya real, era ese realmente "su" cuarto, nada había sido verdad; durante 22 años había vivido una mentira. Quería poder hablar con algún amigo, pero no confiaba en nadie ya; pues todos parecían estar metidos en esto, ni sus padres eran realmente sus padres sino parte de la mentira. ¿Por qué se había tenido que topar con ella? pudo haber sido feliz con la mentira, pero ahora sabia la verdad. Sabía que nada de lo que había experimentado era real, que todo era parte de algún cruel experimento y que él era el conejillo de indias. Según le había dado a entender posiblemente no era humano en el sentido normal de la palabra... no sabia que era realmente.Cerró los ojos, giró la perilla, abrió la puerta y a ciegas camino por el cuarto que le era tan familiar, y a la vez era sabía que lo vería de manera distinta esta vez. Mientras caminaba pensaba en los recuerdos que tenía, en las personas que había conocido (¿todos parte del experimento?); y se dio cuenta que lo que más le dolía no era el vacío que ellos dejaron sino uno más profundo... la cruel ausencia de su propia identidad, el no saber quien era. Se paró frente al espejo y abrió lo ojos. Vio un ser que estaba desapareciendo, el fantasma de lo que fue al disolverse en la nada... y cayó en cuenta que quería llamarla a ella.

1 comentario:

NeoGabox dijo...

Muchas veces vivimos en mundos de mentira, ambientes prefabricados socialmente... A veces queremos salir de ellos pero ya es muy tarde...
Pues siguiendo links llegué hasta aquí es bueno conocer otros bloggers de Puerto Ordaz...

"Saludos Monocromáticos"