lunes, 4 de octubre de 2010

lo que entiendo


Si mi llanto te pudieran detener, inundaría una ciudad con mis lagrimas sólo por lograr que no partas. Si mi risa te pudiera amarrar, me mataría de la risa con tal de tenerte cerca. Pero lo único que puedo hacer es aceptar que vas a dejar las mismas tierras que piso yo, rezar que no pueda sentir el dolor o que me mate de una. No quiero tener que ver como te alejas de mí cada cierto tiempo, no puedo dejar de sentir que te pierdo contra la voluntad de ambos. Algo que nadie acepta en la vida es el cambio, el aferrarnos a las cosas es algo que nos mantiene humanos.
Quiero contemplar la manera como sonríes, ver como juegas con la gente que te rodea; con tus amigos. Quiero estar cuando llores y ser quien escuche las razones de tu llanto, conocer los detalles de tu vida tanto como se las comentarías a un hermano o a un cómplice de tus andanzas. Saber que me tienes tanto aprecio como te lo tengo, que confías en mí y que sabes que te confiaría mi vida en los momentos de peligro. Sobre todo quiero que sepas que te quiero tener a mi lado pues es la única manera de poder estar siempre vigilante para salvarte de los peligros, así tenga que morir para salvarte.
Hoy creo entender lo que se siente ser un padre que ve sus hijos partir, tienes una vida que hacer lejos de donde me encuentro y no puedo detenerte. Quiero tenerte a mi lado, pero debo dejar que partas a ser una persona completa y sabiendo que vas a ser alguien de bien por lo menos. Supongo que lo que tengo es que me pega la duda de si correspondes mi sentimiento de hermandad, o por lo menos me ves como un pana de verdad. Parte y no me olvides, deja tu huella y no mires atrás. Que en algún punto del futuro me tocara verte de nuevo, o tal vez no. Ten una buena vida

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