viernes, 17 de octubre de 2008

todo por un amigo 3


Finalmente había llegado el momento decisivo para a realización del pacto, la luna llena brillaba en todo su esplendor en un cielo impoluto; uno a uno se había ido presentando los que deseaban ser testigos del momento en que su amigo naciera de nuevo a la vida, algunos movidos por la amistad y otros por la curiosidad.
Una vez que llegó la hora pautada, se acercó al grupo reunido en las puertas del CCM, les dijo que todo estaba dispuesto para el ritual dentro del campo de golf y que por favor fueran hasta donde estaba un ataúd en la grama pero no tocaran nada. Que él iba a comprar un refresco y los alcanzaba.
Una vez que estaban en el sitio donde se iba a realizar el oscuro ritual, les indicó que lo único que los separaba del retorno de su amigo era que no le habían dado su pago. Les pidió que les dijeran quienes eran los sietes dispuestos a pertenecerle por una noche a cambio de la vida de otra persona. La cara de estupor de los asistentes fue digna de una foto, a pesar de la clara falta de luz que se presenta en un sitio donde no hay postes de iluminación podía detallar las caras de sorpresa que tenían los que en otro tiempo fueran compañeros de clases suyos.
Tras unos minutos, en los que disfrutó de saber lo que estaban pensando pues revelaba cuan básicos eras sus pensamientos, les explicó que parte del ritual que iba a realizarse esa noche requería de un juramento de obediencia ciega; que si bien iban a ser esclavos no tenía el carácter sexual que por sus caras se notaba habían pensado.
Dicho esto, y tal vez por el sentimiento de culpa que siempre lo había acompañado por haber sobrevivido, el primero en ofrecerse fue José; después otros tomaron un poco de confianza y se ofrecieron a ser parte del pago, y aunque lo tuvo que rechazar el mismo hermano del occiso se ofreció a ser el pago.
Les pidió que se quitaran las franelas, cosa que incomodó un poco a los chamos, y que repitieran un breve juramento: “juro que durante esta noche, y hasta que salga el sol mi cuerpo y mi alma pertenecen al que llamamos Astaroth señor del medievo oscuro; y le obedeceré en todo so pena de perder eternamente mi mente y mi alma”
Una vez terminado ese proceso, se paró frente al ataud y pronunció las siguientes palabras: “levitate anima, incarnaten et in nova vita nasci. Frater motuus, levare corpus cariosus”. Una vez pronunciadas las palabras el ataúd brilló, y fue envuelto por una llama violeta. Tomó un cáliz áureo y en el vertió un poco de vino tinto, luego tomó una daga y se hirió la muñeca. Vertió parte de su sangre en el cáliz, y se introdujo dentro de las llamas para dar esa bebida al cadáver que se estaba levantando en el ataúd.
De entre las llamas surgió Darío, desnudo pero sin muestras de llevar un año muerto, con la cara bañada en lágrimas y los labios rojos por la bebida que acaba de recibir. Para él ese año perdido no existía, recordaba el montarse en el carro y luego el estar desnudo en una playa rodeado de gente que lo veía como a un fantasma. Su hermano corrió a abrazarlo, y Darío sólo acertó a preguntar porqué estaba desnudo y como llegó ahí.
Cuando iban a explicarlo, les dije que lo vistieran y se lo llevaran; ya había terminado lo que era la transacción, quería poder hacer el ritual. Que se le explicaran que estuvo muerto en camino a su casa. La gente se dispersó del sitio, a pesar de la emoción de ver a una persona volver de la muerte, el miedo es un gran motivante para la obediencia.
Los únicos que permanecieron conmigo fueron los siete que se ofrecieran como pago, temerosos de lo que pudiera pedirles que hicieran y más asustados de lo que podía hacer sino cumplían su palabra. Les dije que nos movieramos a las ruinas del hotel, donde tenía listo lo necesario para el verdadero ritual.
Me invadió la debilidad, tal vez el cansancio, por haber revivido a una persona; pues aunque fue algo rápido el requerimiento de energía espiritual fue muy alto. Razón por la que trastabille, y casi caigo al piso. Le pedí a José que me cargara en su espalda, bueno de hecho lo exigí para eso era mi propiedad por la noche. Y de esta manera fui a llevar a cabo el ritual donde probaba que a veces se hace todo por un amigo.

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