Te tengo ganas de llorar, y no sé porqué pues ya hace tiempo que no sentía nada. Verte partir no me dolió tanto como el hoy amanecer y darme cuenta de cuanto te extraño, el saber que no volveré a verte en un buen tiempo; y es que ese buen tiempo no lo puedo medir por el calendario, sino por los amaneceres que ya mis ojos empiezan a extrañar y las noches que mi alma no logra ya escuchar.
Eres tal vez lo que menos debí haber visto en estos últimos días, sabiendo que debo estar en esta prisión de concreto, mentiras y reglas vi aquello que siempre busqué. Mi mente despertó nuevamente, se vio retada de nuevo por alguien; mi alma grita e intento ahogar sus palabras en mi garganta mientras ante mis ojos desfila un futuro posible. Hago planes en mi cabeza para viajar, para escapar y no volver, no tanto de un donde sino de un ahora; pero ni la esperanza del futuro logra evitar que pregunte a todo pulmón: ¿Dónde estás LIBERTAD?
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