Miedo malhadado, maldita indecisión que atormenta a mi pobre mente. Tener delante de ti la oportunidad dorada de conseguir algo tan bello, de estar a un paso de la fama y el éxito; pero saber que el riesgo es mayúsculo, que no tienes protección como la tienen otros. Tener miedo de las consecuencias que te pueden alcanzar, pero no poder exorcizar de tu mente la idea de hacer algo tan suicida.
Anhelo el momento en que una oportunidad así no signifique el riesgo de prisión, o peor de muerte a manos de quienes en este momento conozco como amigos. Lo peor es que me preocupa más el tener que enfrentarme a las leyes que tener que enfrentarme a las balas, con los abogados te desangras más lentamente y con mayor dolor (sin ánimos de ofender a los 2 millones de abogados que conozco) en cambio con las balas ni te das cuenta cuando te llegan.
Bueno por ahora dejo sólo estas palabras, para ver si escribiéndolas las voces me dan un respiro. La genialidad es algo terrible, pero el tener las oportunidades de hacer algo que te parece apasionante pero es ilegal es la peor tortura. La única manera por ahora de conseguir lo que quiero es cometiendo un crimen al ser cómplice por mi silencio.
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