Les larmes son le sang d l’âme, esa frase me trae muchos recuerdos.
La peor de las maldiciones es la empatía perfecta, el poder ver las almas de las personas a pesar de sus mascaras y de sus cuerpos... el ver como una persona permanece enamorada de otra y su cobardía no le permite decir nada, y todas las noches en silencio deja su alma sangrar. El ver como ese amor es correspondido y la sangre del alma ha manchado mi ropa, pero el orgullo no le deja decir nada.
Ver como os amigos lloran sangre, sufren el dolor en alma y cuerpo y no poder hacer nada por ellos es algo muy triste... en realidad sé que debe serlo pero por alguna razón sólo me dan curiosidad el verlos hacer eso.
La maldición de los sentimientos ajenos al carecer de unos propios, ese es el castigo que nos espera a muchos de los que fuimos en una época soldados de la guerra secreta... no les puedo hablar de los bandos de la guerra, pues ella no existe oficialmente... todo fue perdido en una noche y ya nada es lo que debería.
Los ojos de tantos invadidos de la sangre de sus almas, y esa frase rondando mi cabeza; no podemos lograr que dejen de sangrar y no quieren ellos ayudarse. Por eso me aíslo, por eso deje de ponerles atención cuando me piden que les ayude, ya no quieren ayuda realmente sino que les digan que tienen razón...Las lagrimas son la sangre del alma, y ver tanta sangre de almas caer es algo que nunca me parecerá más que un desperdicio.
La peor de las maldiciones es la empatía perfecta, el poder ver las almas de las personas a pesar de sus mascaras y de sus cuerpos... el ver como una persona permanece enamorada de otra y su cobardía no le permite decir nada, y todas las noches en silencio deja su alma sangrar. El ver como ese amor es correspondido y la sangre del alma ha manchado mi ropa, pero el orgullo no le deja decir nada.
Ver como os amigos lloran sangre, sufren el dolor en alma y cuerpo y no poder hacer nada por ellos es algo muy triste... en realidad sé que debe serlo pero por alguna razón sólo me dan curiosidad el verlos hacer eso.
La maldición de los sentimientos ajenos al carecer de unos propios, ese es el castigo que nos espera a muchos de los que fuimos en una época soldados de la guerra secreta... no les puedo hablar de los bandos de la guerra, pues ella no existe oficialmente... todo fue perdido en una noche y ya nada es lo que debería.
Los ojos de tantos invadidos de la sangre de sus almas, y esa frase rondando mi cabeza; no podemos lograr que dejen de sangrar y no quieren ellos ayudarse. Por eso me aíslo, por eso deje de ponerles atención cuando me piden que les ayude, ya no quieren ayuda realmente sino que les digan que tienen razón...Las lagrimas son la sangre del alma, y ver tanta sangre de almas caer es algo que nunca me parecerá más que un desperdicio.
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